La fascitis plantar es la causa más común de dolor en la planta del pie, hasta el punto en que el 80% de los dolores en esta zona están provocados por esta dolencia. Estudios especializados han destacado que 1 de cada 10 personas sufre este tipo de dolor a lo largo de su vida. Es especialmente frecuente entre los 40 y los 60 años.
De forma general, la fascitis plantar causa un dolor penetrante en la planta del pie, especialmente cerca del talón. Vamos a verla más a fondo para identificarla, prevenirla y tratarla de una forma adecuada.
¿Qué es la fascitis plantar?
La fascitis plantar consiste en una inflamación, engrosamiento y degeneración de las fibras de colágeno de la fascia plantar. La fascia es una zona gruesa de tejido, en forma de arco, que atraviesa la planta del pie, conectando los dedos con el talón. Sostiene el arco del pie y absorbe los impactos al caminar.
La fascitis plantar es un proceso que puede llegar a ser realmente doloroso si no se cuida y se trata de una forma apropiada. Suele desencadenarse a través de afectaciones de la propia fascia, por desequilibrios musculares, problemas en el tejido graso que hay debajo del talón o incluso por afectaciones neurológicas.
La fascitis plantar también puede originarse por causas estructurales del propio pie. Una de las más recurrentes es el pie pronador, un tipo de pisada en la que buena parte del contacto se realiza con la parte interna del pie y que hace desaparecer el arco natural.
Otra de las causas de la fascitis plantar es la falta de amortiguación que obliga a la fascia a realizar tracciones repetitivas. Estos impactos terminan por desarrollar microrroturas que conllevan irritación y dolor en la zona.
Los síntomas de la fascitis plantar suelen aparecer en los primeros pasos del día, al levantarse tras estar sentado o después de llevar de pie buena parte de la jornada. En los deportistas normalmente se presenta tras realizar ejercicio físico.
Cómo curar la fascitis plantar: pautas de tratamiento
La duración de la fascitis plantar puede ser de entre uno y dos años hasta lograr curarla por completo. Si no se trata correctamente, puede desembocar en el desarrollo del temido espolón calcáneo: una calcificación del hueso del talón como respuesta a la continua tensión a la que está sometida la fascia. Por ello es necesario seguir un tratamiento adecuado y constante.
Las técnicas de fisioterapia indicadas para tratar la fascitis plantar son las siguientes:
- Crioterapia. La aplicación selectiva de frío tiene una función analgésica y antiinflamatoria. Está indicada para la fascitis plantar en fases agudas y se acompaña de un vendaje funcional para evitar la tensión en la zona.
- Masaje. Su misión es tratar las contracturas que se establecen en los miembros inferiores. Los masajes ayudan a fortalecer los músculos de la planta del pie, a relajarlos y a rebajar la inflamación provocada por la fascitis.
- Cinesiterapia del pie. Consiste en movilizar todas las articulaciones del pie para favorecer su recuperación.
- Estiramientos de la musculatura acortada. Contribuyen a reducir el dolor y mejorar la funcionalidad de la zona al influir en su incremento de flexibilidad y de movilidad.
- Ejercicios de potenciación de la musculatura más débil. Igualmente, los ejercicios que trabajan los músculos del pie y los que conectan con ellos, mejoran la movilidad y reducen el dolor.
- EPI® para fascitis plantar: la electrolisis percutánea intratisular permite promover la regeneración en las fibras de colágeno. Se recomienda combinarla con la neuromodulación percutánea para normalizar la sensibilidad de los nervios que se encargan de estos tejidos. Ambas técnicas aplicadas de forma conjunta mejoran la fuerza y el reclutamiento motor de los músculos de la zona.
Prevención de la fascitis plantar
Para prevenir la fascitis plantar, especialmente si la sufres con frecuencia o corres de forma habitual, te recomendamos:
- Evitar el sobrepeso para que la fascia plantar no esté sometida a un esfuerzo adicional.
- Evitar permanecer mucho tiempo de pie.
- Usar un calzado adecuado para caminar y hacer ejercicio. Evitar calzados con poca sujeción como ciertos tipos de sandalias.
- Procurar caminar o correr por superficies lisas y llanas, mejor por terrenos más blandos como la tierra que por el asfalto.
A nivel de ejercicios y estiramientos, la mejor forma de prevenir la fascitis plantar es:
- Trabajar la propiocepción de la musculatura de los pies con ejercicios de equilibrio que activen su musculatura más profunda.
- Trabajar la activación y fuerza de los músculos de los dedos de los pies, tanto flexores como extensores.
- Realizar descargas de la musculatura de la planta del pie y de la pantorrilla con un rulo de foam o con una pelota sólida de masaje.
- Realizar estiramientos de la musculatura de la planta del pie.
Si la fascitis plantar te está provocando dolores o molestias de cualquier tipo, te recomendamos acudir al fisioterapeuta para que realice un estudio en profundidad de las causas de tu fascitis plantar. Una fascitis plantar crónica puede ser muy compleja y conllevar el fin de tu carrera deportiva.